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Nacido en Taxco en 1572, fue el dramaturgo más importante del barroco novohispano y también un destacado autor de la escena madrileña, donde se codeó con los grandes dramaturgos del momento: Lope de Vega, Luis de Góngora, Francisco de Quevedo, Tirso de Molina y otros. Vivió aproximadamente la mitad de la vida en su tierra natal y el resto en la tierra de sus ancestros (donde murió en 1639), y es un ejemplo de la continuidad literaria y cultural que existía entre el Viejo y el Nuevo mundos.
[toc] => PRESENTACIÓN
PRÓLOGO
PERSONAS
ACTO PRIMER
ACTO SEGUNDO
ACTO TERCERO
Teatro. Teatro siglo de oro. Literatura mexicana. Literatura colonial. Literatura española. [free_reading] => PRÓLOGO El primer fenómeno de masas que marca la modernidad es, con seguridad, el surgimiento del teatro comercial en Europa occidental, particularmente en España e Inglaterra, hacia finales del siglo XVI. En esas décadas, el arte dramático pasó de ser una celebración para entretenimiento de los poderosos y celebración de su estado superior, o un instrumento de reevangelización de la Iglesia, a ser un lucrativo negocio que proporcionaba unas horas de diversión a quien las tuviera disponibles y pudiera pagar. La masificación del teatro, con sus compañías establecidas, y también con las itinerantes, implicó la escritura continua de múltiples obras dramáticas, así como sus respectivos estrenos, que rivalizarían en cantidad con los de la actual industria cinematográfica. Surgen así los escritores profesionales de teatro, quienes llenan una demanda cada vez mayor de nuevas obras. Por ejemplo, Lope de Vega presumía de haber escrito, tras más o menos veinte años de actividad dramatúrgica, cuatrocientas ochenta y tres comedias. La mayor popularidad la tenía el género que hoy llamamos de capa y espada, cuya trama consistía en que dos caballeros competían por el amor de una dama, afrontando múltiples dificultades y enredos; todo ello aderezado, y también a veces complicado, con la participación de los respectivos criados de cada miembro del triángulo amoroso, que a veces tenía la opción de convertirse en cuarteto si se introducía a otra dama para obtener un resultado más espectacular al final, cuando a cada oveja terminaba correspondiéndole su pareja. Naturalmente, la constante exigencia de nuevas obras afectaba su originalidad. Por otra parte, el prestigio de algunos escritores creaba un modelo repetitivo que todos seguían y que, a veces, terminaba aburriendo al público. De ahí que los dramaturgos que pudieron reinventarse e inventar nuevas reglas, sin traicionar el modelo, son los que actualmente destacan y leemos con mayor emoción. Entre la multitud de autores que intentaban ganarse la vida escribiendo y reescribiendo sobre la fórmula de la comedia nueva, debía destacar Juan Ruiz de Alarcón, un joven criollo pelirrojo y jorobado, que aspiraba a conseguir un puesto en la burocracia española, al mismo tiempo que competía con los mejores dramaturgos de su época. Éstos seguramente temían su éxito, como prueba el hecho de que el más importante escritor de la época, Lope de Vega, planease sabotear el estreno de una de las comedias de Alarcón, El Anticristo, lanzando una botella fétida en medio del patio durante la escena culminante de la obra, según contaba el poeta Luis de Góngora en una carta al predicador Hortensio Paravicino. Sin duda, en cuanto a calidad literaria, Juan Ruiz era considerado un rival digno de temer. Uno de los mayores ejemplos de la originalidad de este dramaturgo puede leerse en la obra que el lector tiene en sus manos. Los empeños de un engaño representa una de las comedias de capa y espada mejor trabajadas, en la que los recursos dramáticos requeridos por el género están bien aprovechados y logrados, a la vez que Juan Ruiz toma distancia suficiente del modelo genérico para resaltar y no aburrir a su público con lo mismo que habrían ya visto cientos de veces. Si la comedia de capa y espada requería un triángulo amoroso en el que dos caballeros se enfrentaran por el amor de una dama, como se ha indicado antes, en esta obra serán las damas, Leonor y Teodora, quienes peleen por la atención del galán, don Diego. A estos personajes se suman el marqués, amigo de don Diego y enamorado de Leonor, don Juan, hermano de Teodora, enamorado también de Leonor, y don Sancho, hermano de Leonor y enamorado de Teodora. Alarcón ha convertido así el tradicional triángulo amoroso en un hexágono, en el que son las damas las que se desviven por las atenciones del caballero, mientras que los hombres, por una razón o por otra, se enfrentan a don Diego, creando un divertidísimo juego de relaciones, en el que la amistad, el honor y la competencia amorosa enmarañan todo el cuadro. A las tradicionales complicaciones de este hexágono amoroso, se sumará el engaño como recurso dramático y organizador de la acción, como ya insinúa el título. En otras obras, Alarcón había ensayado la mentira corno contenido escénico, por ejemplo en La verdad sospechosa. Sin embargo, mientras que en ésta la mentira era simplemente una de las características del personaje principal y, por tanto, un elemento secundario en la organización dramática, en Los empeños de un engaño, se convierte en el recurso central. En esta obra el engaño es generador de la confusión, del enredo, de la peripecia: en fin, el factor más importante de la acción dramática. Al principio de la comedia, se nos presenta la mentira que crea todo el resto de la trama. Tenemos a don Diego que ronda la casa de Teodora, a quien ha jurado mantener en secreto el amor que siente por ella, mientras que es observado por Leonor, quien se enamora del misterioso galán y trata de informarse de las intenciones del forastero a través de Campana, criado de don Diego. El muchacho, para mantener a salvo el secreto de su amo, le cuenta una mentira a Leonor: que don Diego está enamorado de ella. El fingimiento al que se ve forzado don Diego a causa de la poca pericia de su criado lo pondrá en serias complicaciones: con su amada Teodora, quien le exigirá una explicación, con los enamorados de Leonor, entre ellos su amigo el marqués, a quien enfrentará en un duelo, y con don Sancho, con quien también tendrá un emocionante intercambio de espadazos dentro de su propia casa, del que el protagonista no saldrá muy bien librado. Es en este punto en el que la primera mentira genera nuevas mentiras. Las mujeres convertirán el engaño en su arma principal en la competencia por el amor de don Diego. Para salvarle la vida, Leonor le dirá a su hermano que don Diego le ha prometido su mano en matrimonio, pero esta mentira no tiene únicamente la intención de permitir al personaje principal seguir respirando por el resto de la obra, sino que también compromete a don Diego con Leonor, debido a que debe mantener intacto el honor de la dama que se ha arriesgado por él para mantenerlo con vida. La acción dramática, así, toma una interesante vuelta en la que se enfrentan los sentimientos de don Diego por Teodora y el agradecimiento que le debe a Leonor. Esta coyuntura entre la fidelidad a su amada, así como su deber de decir la verdad, y la gratitud que debe a su salvadora se manifiesta en el siguiente diálogo del protagonista: Declararme y no casarme es dalle, con una ofensa y un desaire, recompensa a Leonor, que por librarme, arriesgando condolida vida y honor, me dio allí nombre de esposo, y debí a su fineza la vida, y después a su cuidado; y de que soy su marido, porque en su casa he vivido, la opinión se ha confirmado. Tantos los empeños son en que un engaño me ha puesto, mira si alcanzas con esto remedio a mi confusión. En efecto, de acuerdo con los códigos morales de la época, sólo un marido, padre o hermano podía vivir bajo el mismo techo que una mujer, de modo que si don Diego rechazaba el compromiso que le había atribuido Leonor, la deshonraba ante todo el mundo y nadie se casaría con ella. Sin embargo, en cuanto caballero también había hecho una promesa a Teodora, a quien no sólo lo ligaba su palabra, sino también sus sentimientos. La situación del segundo acto es insoluble y nos mantiene, como debió mantener a los espectadores originales, al filo de nuestro asiento. Este nuevo engaño, como ha señalado Serafín González, "no sólo no resuelve, sino que complica tremendamente la situación que se intenta superar con él". Para añadir nuevas complicaciones a una trama ya de por sí revuelta, descubriremos que Teodora también puede ser maquiavélica y usar la mentira en su favor. Calcula que su hermano estaría dispuesto a comprometerse con Leonor, a pesar de la palabra dada por don Diego, y que don Sancho rompería dicho compromiso si don Juan le prometiese la mano de Teodora. Sin embargo, como revela el siguiente diálogo, la dama no está dispuesta a cumplir su palabra: Impida yo a don Diego el casamiento de Leonor, y luego podrá mi amor, si tan valiente fuere, que a manos de mis celos no muriere, por lograr gustos, perdonar agravios, aunque don Sancho acuse de mis labios la promesa inconstante. Que no obligan palabras a un amante. El engaño, en tanto que recurso dramático que genera la primera acción, complica y crea nuevas peripecias a los personajes, se liga así con otro elemento central de la comedia de capa y espada: el amor. Las mentiras de las dos mujeres buscan conservar o adueñarse de los sentimientos del galán, siguiendo las estrategias que ya había insinuado el poeta romano Ovidio siglos antes. El amor se vuelve un buen justificante de las mentiras que dicen los personajes, incluso de las mentiras que se dicen a sí mismos, como hace Leonor cuando cree que con sus engaños puede conseguir el afecto de don Diego. La mentira es un arma arrojadiza sin un valor negativo, puesto que es provocada por el sentimiento más sublime de todos, al que se le pueden disculpar todas las faltas, como dice Teodora: "Y si es delito la amorosa llama, / por éste no recelo mi castigo". Estamos muy lejos, pues, del Alarcón moralista que la crítica decimonónica había asumido: nos encontramos más bien con un autor ingenioso, que sabe sacar provecho de los recursos que tiene a la mano y que, desde la primera línea, convierte las concepciones de verdad y mentira en elementos centrales de su obra, como en la caracterización inicial de don Diego, de quien Leonor se pregunta: ¿Quién será ese forastero, que tan falso y recatado hace con tanto cuidado de nuestra calle terrero? Las líneas anteriores buscan definir a un personaje que todavía no conocemos, que no sabemos si es falso o verdadero. Pero también ponen en el centro la cuestión del drama sobre la verdad, sobre el engaño que oculta el conocimiento y que puede producir efectos sumamente inesperados, como los siguientes dos mil versos nos mostrarán. En más de un plano, la mentira es el centro de la obra. No es sólo una característica de los personajes o una disquisición filosófica: es el punto a través del que se articula todo el drama, así como el que mantiene constante el interés del público. Alarcón usa el engaño para hacer cambiar a sus protagonistas de una situación a otra, de modo que retiene la atención del espectador, que se emociona a cada paso, a cada cambio de una situación que parece insoluble, y que espera la fantástica solución, el happy ending. Así es posible reconocer una de las mejores obras de uno de los dramaturgos más astutos de la lengua española. Juan Ruiz de Alarcón, en tanto que escritor, asume su papel de mentiroso. Pero un mentiroso que sabe deleitarnos, cautivarnos y apasionarnos en cada una de sus emocionantes acciones, en cada uno de sus versos. DAVID GALICIA LECHUGA [group_price] => Array ( ) [group_price_changed] => 0 [media_gallery] => Array ( [images] => Array ( ) [values] => Array ( ) ) [tier_price] => Array ( ) [tier_price_changed] => 0 [stock_item (Mage_CatalogInventory_Model_Stock_Item)] => Array ( [item_id] => 1632986 [product_id] => 10048 [stock_id] => 1 [qty] => 49.0000 [min_qty] => 0.0000 [use_config_min_qty] => 1 [is_qty_decimal] => 0 [backorders] => 0 [use_config_backorders] => 1 [min_sale_qty] => 1.0000 [use_config_min_sale_qty] => 1 [max_sale_qty] => 0.0000 [use_config_max_sale_qty] => 1 [is_in_stock] => 1 [use_config_notify_stock_qty] => 1 [manage_stock] => 1 [use_config_manage_stock] => 1 [stock_status_changed_auto] => 0 [use_config_qty_increments] => 1 [qty_increments] => 0.0000 [use_config_enable_qty_inc] => 1 [enable_qty_increments] => 0 [is_decimal_divided] => 0 [type_id] => simple [stock_status_changed_automatically] => 0 [use_config_enable_qty_increments] => 1 [product_name] => Los empeños de un engaño [store_id] => 1 [product_type_id] => simple [product_status_changed] => 1 ) [is_in_stock] => 1 [is_salable] => 1 [website_ids] => Array ( [0] => 1 ) [request_path] => los-empenos-de-un-engano-9786073003643-libro.html [url] => http://librosunam.hopto.org/los-empenos-de-un-engano-9786073003643-libro.html [final_price] => 110 ) 1
Los empeños de un engaño
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